jueves, 2 de febrero de 2012

Cristóbal Balenciaga.



Balenciaga nacio en una pequeña localidad del Pais Vasco, en Guetaria.
Desde pequeño soñaba con ser modisto y en sus ratos libres dibujaba los grandes diseños que veía. A los trece años, la Marquesa de Casa Torre, que veraneaba en Guetaria, se sintió conmovida ante las ansias que tenía el joven por aprender el oficio de la moda, y decidió plantearle un reto. Le entregó un trozo de tela junto a uno de sus más exclusivos vestidos, con el objetivo de que él lo copiara y demostrara su talento. El resultado contentó tanto a la marquesa, que de ahí en adelante se convirtió en su mecenas.

Tras unos años de incipiente éxito, Balenciaga abrió una tienda en San Sebastián, en 1914, que se expandiría hacia Madrid y Barcelona. La Familia Real Española y la aristocracia llevaban sus diseños. Cuando estalló la Guerra Civil Española se vio forzado a cerrar sus tiendas, y se trasladó a París. Balenciaga abrió su taller parisino en la Avenida George V en agosto de 1937.

Impuso un estilo totalmente innovador presentando una línea de hombros caídos, cintura pinzada y caderas redondas. Es a partir de los años 50 cuando empieza a ser reconocido y despliega toda su creatividad.
Al contrario que muchos diseñadores, que abocetaban sus creaciones pero no las confeccionaban, Cristóbal Balenciaga tuvo un pleno dominio de la costura y del manejo de tejidos. Coco Chanel llegó a afirmar:
Es el único de nosotros que es un verdadero 'couturier' (costurero).

Estas navidades estuve en su museo y la forma en que diseñaba y pensaba Balenciaga me enamoro. Su forma de cambiar la mentalidad femenina y usar los tejidos a su antojo, creaban una imagen tan hermosa que es difícil describir.


Lo innovadores, femeninos y prácticos que resultan sus diseños eran tan novedosos en aquella época que nadie podía discutir su genialidad, incluso ahora, en el siglo XXI, Balenciaga es un modelo a seguir, un punto de inspiración, una fuente inacabable de ideas para los diseñadores.

Alguien como él, que cambio la silueta de la mujer, que la hizo funcional, merecía y merece estar en lo más alto.
Como dijo Dior:
Nosotros hacemos lo que podemos con los tejidos, Balenciaga hace lo que quiere.




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